Participación en la apertura del Programa de Desarrollo de Directivos de IVAFE
Supongo que estoy aquí por lo que represento, que es la empresa de mi familia, que comenzó mi padre hace más de 50 años. Quizá soy su cara más pública, pero, en realidad la dirijo junto con mis hermanos, somos la segunda generación de la empresa familiar.
Hoy es una empresa sólida, pero ha atravesado etapas difíciles y crisis importantes, de las que ha sobrevivido. Hace un tiempo me pidieron que intentara resumir en unas pocas palabras cuales eran las causas que nos han permitido esta supervivencia.
Dedicaré estos minutos a explicar las 5 palabras o claves que creo que resumen la razón de nuestra continuidad. Las llamo PEC’s: Proyecto, Equipo, Esfuerzo, Control y Cambio.
La primera es proyecto.
Mi abuelo era panadero, y mi padre, que trabajaba en la panadería, inició la empresa en los años 50, con un proyecto: crear una panificadora industrial para realizar el servicio de pan a su panadería familiar y también a otras, aprovechando la economía de escala para abaratar los costes. Desde entonces en todo momento la empresa ha tenido un proyecto claro, una propuesta de valor a largo plazo. Mi madre supo dar continuidad a ese proyecto y transmitirnos los valores que nos han permitido seguir durante más de 50 años.
Esta propuesta de valor sería hoy nuestra visión, misión, valores, pero yo la concreto en respondernos a 5 preguntas que siempre hemos tenido muy claras: ¿Qué queremos vender? ¿A quién se lo vamos a vender? ¿Cómo se lo vamos a vender? ¿Cuánto queremos ganar? y ¿Cuánto podemos perder si algo falla?
La segunda es equipo.
Siempre intentamos buscar a los mejores, tratando de retener el talento, de tener el mejor equipo. Mis padres, en sus inicios, les llegaron a hacer partícipes como accionistas, para garantizar su dedicación y permanencia en la empresa. Ellos y otras muchas personas que se han incorporado posteriormente, han hecho a la empresa crecer y consolidarse.
El talento ha sido una de las claves para crear una organización innovadora. Que ha podido adaptarse a las necesidades del mercado. Mejorando constantemente los productos, los procesos y la organización para ser más y más competitivos.
En este sentido, diría que los valores de nuestra empresa que nos han conducido al éxito coinciden precisamente con el contenido de esta edición del programa de formación de directivos, cuyo título precisamente es “liderazgo, talento y equipo”.
La tercera es esfuerzo.
La misma palabra lo dice todo. Los principios fueron muy duros, pero después no ha sido fácil. Es el esfuerzo de un buen equipo el que nos ha traído hasta aquí. Mis padres trabajaban 7 días a la semana, mi madre, todavía hoy visita muchos domingos nuestra granja para preguntar cómo va el negocio.
En los tiempos difíciles, siempre ha sido el esfuerzo del equipo el que nos ha permitido salir adelante, buscando nuevos clientes, nuevos mercados donde desarrollar nuestro negocio. Esto nos ha ocurrido en repetidas ocasiones, cuando hemos perdido un cliente importante o ha cambiado el mercado, y siempre es lo mismo, hay que esforzarse de nuevo para que la empresa continúe.
La cuarta es control.
Mi padre se había arruinado completamente dos veces antes de iniciar este negocio, y cuando estaba a punto de lograr su 3er fracaso, mi madre supo introducir los controles adecuados para que la empresa diera beneficios.
Entonces, lo que hoy es nuestro ERP, para mi madre era una libreta, pequeña, en la que controlaba perfectamente los cobros de los clientes, y, cuando bajaba el flujo de caja, subía los precios. Nunca gastaba más de lo que ingresaba, ajustando sus inversiones a las posibilidades de la empresa, siempre autofinanciada.
La eficiencia era también uno de sus principios, no gastando más que lo justo para que los productos tuvieran la mejor calidad al menor precio. Hoy continuamos intentando mejorar día a día y la eficiencia, creemos que está en nuestro ADN,
La quinta es cambio.
La empresa comenzó fabricando pan del día pero, algunos años más tarde, las circunstancias cambiaron y desapareció prácticamente el mercado que tenían las panificadoras. Entonces se inició la producción de pastelería y bollería.
Aquella crisis nos trajo un mercado mucho más amplio, la mejor conservación de los productos permitió su distribución por toda España, ampliando así el mercado del pan que se limitaba a la comarca. De una crisis surgió una oportunidad mayor.
La vida de la empresa se ha visto otras veces con circunstancias parecidas y siempre hemos sabido adaptarnos a ellas. El disponer de procesos flexibles y una organización comprometida con el cambio lo han hecho posible.
Para terminar, destacar la importancia de la formación en la labor del directivo y manifestar a los participantes el deseo de que aprovechen al máximo los conocimientos que van a adquirir durante el programa de formación que se inaugura.